Principal

Columnas de prensa

Textos:

Historia de Colombia

Antioquia y Medellín

Política

Paz y Violencia

Derechos humanos

Cocina y alimentación

Periodismo

Literatura

Lectura y Bibliotecas

Ciencia e investigación

Educación

Política Cultural

Indice general de textos

Referencia:

Reseñas de libros

Documentos históricos

Listas y bibliografías

Jorge Orlando Melo:

Textos biográficos

Hoja de vida

Entrevistas

Contacto

Enlaces recomendados

Buscar

 

 

Novela de abogados

 

Cuando se fundó Santa María de la Antigua del Darién, en 1511, los reyes españoles hicieron unas detalladas instrucciones de gobierno, para convertirla en una población modelo, una utopia americana. Cómo trazar las calles, cómo garantizar que tuviera agua, que los abastecimientos fueran adecuados, y  sobre todo, para que viviera en paz, ordenaron que no se permitiera que vivieran en ella abogados "perjudiciales en extremo y ... maestros en litigios y contiendas".

A pesar de estas órdenes, los abogados llegaron y el mismo gobierno los trajo: en 1550 estableció el primer tribunal compuesto de abogados en Bogotá, la Real Audiencia, y en el siglo siguiente hubo universidad en Santafé, para producir localmente los juristas necesarios. Para 1810 ya había más de 100 abogados en nuestro territorio. Eran los principales profesionales, y después de los curas, los más reconocidos: desde la independencia escribieron las constituciones y las leyes y nutrieron congresos y gobiernos. Y ayudaban en los pleitos y litigios de los habitantes del país, hasta el punto de que muchos han creído que nuestro país ha tenido, desde fines de la colonia, gran inclinación por la ley, o al menos por los pleitos.

Si los abogados eran tan importantes, no es raro que las primeras obras de ficción fueran sobre ellos. La primera novela extensa publicada en el país, en julio de 1851, fue El Doctor Temis: el titulo  rinde homenaje a un abogado que, aunque no es el protagonista de la obra, aclara los crímenes y restablece la justicia.

Su autor fue José María Ángel Gaitán, que estudio en San Bartolomé y se graduó en 1839, e intentó rendirle rendir homenaje a su profesión. La novela narra el enfrentamiento entre Monterilla, un “leguleyo” y “tinterillo”, y el Doctor Temis, el abogado honesto y ejemplar. La novela reconstruye el ambiente de inseguridad de la ciudad a mediados del siglo XIX,  y uno de sus personajes dice que “ya esta inhabitable Bogotá. ¡Que tiempo! No cesan de cometerse delitos y por doquiera que uno anda, solo se habla de una crónica espantosa: asesinatos, robos, violencias…”  Algunos lectores dicen que cuenta los crímenes de una banda de ladrones  y bandidos encabezada por el abogado José Raimundo Russi, otro graduado de San Bartolomé, condenado a muerte en el mismo mes en que se publicó la novela: en ese caso Russi sería el terrible Monterilla.

El Doctor Temis es al mismo tiempo novela urbana y policial: un visitante del campo cae en el torbellino confuso de la gran ciudad y resulta víctima de un sistema judicial que se mueve entre la ignorancia, la desidia, el soborno y la corrupción. Una trama llena de enredos inesperados y en la que aparecen hasta comunistas sirve para  contrastar el abogado que defiende la justicia y el leguleyo que sabe como torcerla y la estudia para convertirla en fuente de nuevos crímenes y en mecanismo para oprimir a los débiles. El autor describe las mañas de los tinterillos y los clasifica en detalle, como si fueran especies de la naturaleza: tinterillos castrenses y cuasicastrenses, clericales y civiles, letrados y sin letradura, machos y hembras, “especie que sostienen los curiales ser la mas enfadosa”, buenos y malos.

A Monterilla, que “estuvo poco tiempo en el colegio”, la gente le da el titulo de doctor” aunque “es cosa averiguada que no era abogado ni figuró jamás en tan honrosa lista”. Aprendió el lenguaje jurídico en los juzgados parroquiales, donde “fue comprendiendo la terminología jurídica, que allí se oía… explicada, pues los pedantísimos sujetos que hacían uso de ella necesitaban hacérsela comprender a los jueces, que de ordinario la ignoraban”

El Doctor Temis no es una gran novela, pero da una imagen interesante de cómo funcionaba la justicia hace siglo y medio. Una justicia corrupta, ineficiente e ignorante, no muy distinta, al menos en estos rasgos, a la que encuentran los lectores de las novelas de hoy. Pero una novela en la que el héroe es un abogado honesto y agudo, que logra el triunfo del bien.

Jorge Orlando Melo
Publicado en Ámbito Jurídico, enero 12 de 2009

 

 
 

 

 

Derechos Reservados de Autor. Jorge Orlando Melo. Bogotá, Colombia.
Ultima actualización noviembre 2020
Diseño, concepción y gestión de contenido: Katherine Ríos