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Las orquídeas del Tequendama

 

El salto del Tequendama fue la principal atracción del país en el siglo XIX, "el gran milagro de la naturaleza colombiana", como lo llamó Hettner. Ningún viajero dejaba de visitarlo: Humboldt, Codazzi, Holton y muchos más lo midieron y admiraron. J. B. Boussingault, el químico francés, estuvo allí con Manuelita Sáenz, que iba vestida de soldado y con grandes bigotes.  

La zona fue, además, lugar favorito de búsqueda de orquídeas: es probable que algunas de las láminas de la Expedición Botánica, que Mutis mostró a Humboldt y Bompland, correspondan a especies recogidas cerca al Salto. El "padre de las orquídeas", J. J. Linden, estuvo en Bogotá en 1843, y seguramente recogió muchas matas. Édouard André, a quien el mundo debe la popularización del anturio, llegó en 1875 a la ciudad, y también buscaba orquídeas: uno de los grabados más espectaculares de su viaje lo muestra sobre un risco, arriesgando la vida para coger una.

En el siglo XIX la orquídea estuvo de moda en Europa y Estados Unidos, y junto a algunos científicos vinieron saqueadores que exportaron millones de plantas y tumbaron centenares de miles de árboles. Uno de ellos, Albert Millican, quien comentó en su libro la amistosa acogida que daban los colombianos a los extranjeros, pero que murió de varias puñaladas en Caldas, y lamentó la destrucción hecha por otros menos cuidadosos que él, decía que para sacar 10000 ejemplares había derribado unos 4000 árboles, lo que la gente consideraba una "roza benéfica".

Pasada la fiebre comercial, los científicos siguieron buscando nuevas especies. El padre Lorenzo Uribe, botánico jesuita, recorrió en los años cincuenta la zona de Santandercito buscando plantas.  Hace pocos años el padre Pedro Ortiz clasificó la Sobralia Mutisii, que Rogelio Salmona trajo del Tequendama y sembró junto a las Torres del Parque, donde la encontró el fotógrafo Guillermo Angulo. Y aunque sigue la destrucción del bosque y su reemplazo por pastos o cultivos, todavía quedan zonas de vegetación nativa llenas de orquídeas.

Por eso vale la pena destacar la apertura, en Santandercito, unos kilómetros abajo del Salto, del Parque "Orquídeas del Tequendama",en el cual los visitantes pueden ver más de 5000 plantas, centenares de ellas florecidas. Acaba de abrirse, y lo visité hace poco, con el pesimismo usual en un país tan lleno de riquezas naturales, tan eficiente para destruirlas y tan torpe para mostrarlas. Pero la visita fue un placer: las orquídeas, en su variedad inagotable, de todos los tamaños, formas y colores, se exponen buscando reproducir un ambiente natural, en los troncos de los árboles o sobre rocas, acompañadas de platanillos y otras matas, que atraen una continua algarabía de pájaros. La arquitectura es modesta pero de gusto impecable: madera, guadua, ladrillo y senderos de grava crean un ambiente amable. Los letreros son claros y serios, bien ilustrados y con información apropiada. El espacio es amplio y prima la visión educativa y científica en vez de una fácil explotación turística. Y Omar Chaparro, el gomoso que ha creado esta pequeña maravilla de esfuerzo y entusiasmo individual, sin recursos públicos, parece saber todo lo que hay que saber sobre las orquídeas.

Aunque apenas comienza y está aún en construcción, vale la pena ir y gozar con la maravillosa riqueza de una familia de plantas que tiene más de 3000 especies en Colombia, ahora que estamos a punto de recordar los 200 años de la muerte de José Celestino Mutis, el botánico que enseñó a los jóvenes bogotanos de fines del siglo XVIII a apreciar la riqueza y diversidad de nuestra naturaleza. Y es tan cerca de Bogotá que, aunque el gusto por la naturaleza sea ahora raro, ver orquídeas puede resultar  más agradable que pasar el día en un centro comercial.

Jorge Orlando Melo

Notas e ilustraciones:

Las ilustraciones del viaje de André: los dos grabados siguientes, basados en los bocetos de André, fueron publicados originalmente en La tour du monde, la revista de viajes que se publicaba en París, entre 1877 y 1883. Se tomaron de la edición española, Geografía Pintoresca, Barcelona, 1884.


Recolección de las Schomburgkia rosea. Por Édouard André. 1875.
Dibujo de Édouard Riou.


Salto del Tequendama. Grabado de Édouard Riou.

Los ilustraciones siguientes muestran dibujos y fotografías de algunas orquídeas: varias imágenes de la Flora Neogranadina, de José Celestino Mutis, entre ellas la Sobralia Mutisii, la orquídea descubierta en Bogotá por Guillermo Angulo y clasificada por el padre Pedro Ortiz Valdivieso, la flor nacional de Colombia (Cattleya trianae) y la flor de Bogotá (Odontoglossum luteopurpureum), así como foto de Guillermo Angulo de la Shomburgkia rosea.

 


Sobralia Mutisii. Flora de la Real Expedición Botánica, Vol VII. Microspermae, Orchidaceae I, lámina XVI,  (Madrid, 1963), donde está identificada erróneamente como Sobralia dichotoma.

 


Shomburgkia rosea, la orquídea recogida por André.
Foto © Guillermo Angulo

 


Odontoglosssum Luteopurpureum. Flor de Bogotá. Dibujo de Francisco Villarroel, "americano", Flora de la Real...  Vol. Xi, Lámina 24 (Madrid, 2005)

 


Cattleya Trianae. Flor Nacional de Colombia. Flora de la Real...Vol. X, Lámina 1. (Madrid, 1995)

Algunos enlaces útiles:

Relato de Mutis del viaje al Tequendama, de sus Diarios

Pedro Ortiz Valdivieso, Mutis y las orquídeas de Colombia, Bogotá, Ciudad viva, julio de 2008

Guillermo Angulo, En Bogotá se descubre una orquídea, Bogotá, Ciudad viva, julio de 2008.

Fotos de orquídeas por Guillermo Angulo

Finalmente, copio el volante del Parque de las Orquídeas:



 
 
 

 

 

Derechos Reservados de Autor. Jorge Orlando Melo. Bogotá, Colombia.
Ultima actualización noviembre 2020
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